martes, 5 de agosto de 2014

EL TIGRE VUELVE A RUGIR


EL GOLEADOR. Así, en mayúsculas. Hace unas semanas, en la entrada que dedicamos a Luis Suárez, lo calificábamos como "el mejor delantero centro del mundo del momento". Tomando como referencia la pasada temporada, podría argumentarlo de mil maneras. Pero probablemente la mejor sea recordar que fue el ganador de la Bota de Oro al máximo goleador de las ligas europeas (sin tirar penaltis), trofeo que compartió con Cristiano Ronaldo (que no es delantero centro).


Sin embargo, si nos vamos tan sólo una temporada atrás, el título honorífico y la consideración de mejor '9' del Planeta Fútbol, era de Radamel Falcao García, el 'killer' colombiano. No en vano, un sabio del fútbol como Pep Guardiola dijo de él, a principios de 2012, que era "probablemente, el mejor jugador de área del mundo". Y a ese nivel siguió hasta que acabó esa temporada y la siguiente, su segunda y última en el Atlético. Tanto fue así, que si el equipo del Manzanares había pagado 40 millones de euros por él al Oporto en el verano de 2011, el Mónaco se lo arrebató dos años después por la friolera de 60 'kilos'. Y allí no lo estaba haciendo nada mal, 11 goles en 19 partidos, hasta que esa desgracia en forma de lesión llamada rotura de ligamentos se cruzó en su camino por segunda vez en su carrera, esta vez en la rodilla izquierda.






Ocho años atrás, cuando jugaba en River, había sido la derecha. Entre medias, casi 200 goles, un montón de títulos, sangre, sudor y lágrimas, y como consecuencia, muchas hinchadas conquistadas. Para ser exacto, las de todos los equipos que defendió: River, Oporto, Atlético y cómo no, la de su querida selección colombiana. Para la tricolor cafetera, marcó nada menos 9 goles en 13 partidos de clasificación para el Mundial 2014 de Brasil. Ese que por culpa de la dichosa lesión no pudo disputar. Ese en el que, curiosamente sin la participación de su mejor hombre, Colombia consiguió la mejor clasificación de su historia, un valiosísimo 5º puesto. Tal vez por eso, James explotó como jugador y como goleador. Pero no tengo la más mínima duda de que al propio '10' madridista, al resto de sus compañeros y a todos y cada uno de los aficionados colombianos, les habría encantado que 'El Tigre' hubiese estado en los campos de Brasil. Y a Falcao, el primero. No obstante, con su corazón roto y su rodilla medio rota, Radamel mandó todas las vibraciones positivas que pudo para que sus colegas dejaran en el mejor lugar posible a su país. Y siempre le quedará esa espina. La de no jugar un Mundial o, como mínimo, la de no haber jugado ESE mundial, que fue 'el mundial de Colombia'. Pero sus compañeros, su seleccionador y su afición, todos, saben que una gran parte de ese éxito es suyo. Porque fue el máximo goleador de la plantilla en la fase de clasificación. Y porque lleva, como pocos, a su país en el corazón.



Y ahora, apenas 3 semanas después de que la fiesta del fútbol acabase y sólo un mes más tarde de que su equipo cayese eliminado, vuelve a los terrenos de juego. Y vuelve como se fue, goleando. Y no un gol cualquiera, sino el primero, el último, el definitivo y el de la victoria. Cuántos partidos de equipos en los que ha jugado habrán acabado 1-0 con gol de Falcao...Esta vez, una falta lateral sutilmente botada por Moutinho sirvió para que 'El Tigre', de tan sólo 177 centímetros de estatura, pero poseedor de un salto prodigioso, se elevara por encima de las torres británicas del Arsenal para cabecear al fondo de las mallas. Y el gol fue 'lo de menos'. Se pasó el partido corriendo, luchando, chocando, participando y arriesgando, demostrando estar totalmente recuperado de su lesión en lo físico, y lo que es más difícil (hablo desde la experiencia, pues como futbolista aficionado también he sufrido esa desgraciada lesión), en lo psicológico. Porque Radamel Falcao es así. Así de valiente y así de profesional. Ya lo dijo Simeone cuando lo dirigía en el Atlético: "entrena para ser el mejor, juega para ser el mejor, se alimenta para ser el mejor, descansa para ser el mejor...", vamos, que vive para ser el mejor






Un futbolista que domina prácticamente todas las facetas del juego ofensivo. Con una velocidad considerable y una conducción y capacidad de regate nada despreciables, sus mejores condiciones las explota dentro del área: dominador como pocos de ambas piernas, buen desmarque, oportunista, valiente y con un juego aéreo espectacular (tal vez el mejor cabeceador del mundo), Falcao es sinónimo y garantía de gol. Y además, siempre responde en las grandes citas. Marcó el gol de la victoria en la final de la Europa League de 2011 con el Oporto, de la que fue máximo goleador con la cifra récord de 18 goles en 16 partidos. Y volvió a marcar, un doblete de golazos esta vez, en la de 2012, en aquel 3-0 con la que el Atlético derrotó al Athletic. Obligado el chiste fácil, 'El Tigre' se comió a 'Los Leones'. Además, volvió a ser el máximo goleador de la competición con 12 goles en 15 partidos. Así que fue el principal protagonista de la competición en dos temporadas consecutivas, siendo en ambas campeón y máximo goleador. En la final de la Supercopa de Europa, destrozó al todopoderoso Chelsea con un hat-trick. Y por si fuera poco, en la de la Copa del Rey fabricó el gol del empate de Diego Costa con un jugadón individual y una asistencia de auténtico crack. Sólo la presencia de los 'extraterrestres' Messi y Cristiano le impidió conseguir algún Pichichi de la liga española. Con el Oporto, 72 goles en 87 partidos, 34 y 38 en cada una de sus dos temporadas. Con el Atlético de Madrid, 70 goles en dos temporadas, 36 y 34 respectivamente, sinónimo también de regularidad.



Radamel Falcao, un goleador de los que ha habido pocos y quedan menos. 'El Tigre' está de vuelta; el fútbol, de enhorabuena.





©Miguel Pérez Duque 2014 Todos los derechos reservados.

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